Desde su lanzamiento inicial, el nuevo sistema operativo del gigante del software ha generado tanta controversia como seguidores. En un principio una de las características más llamativas de Windows 11 es todo lo relacionado con su interfaz de usuario, algo que no ha gustado a buena parte de sus clientes.
De hecho, podríamos decir que nada más arrancar un equipo con esta nueva versión de Windows nos encontramos con una interfaz más moderna y actual. También es cierto que se han llevado a cabo una serie de cambios estéticos y funcionales que están echando para atrás a muchos. Quizá esta sea una de las principales razones por las que la migración desde Windows 10 se está llevando a cabo de una manera mucho más lenta de la esperada en un principio.
A estas alturas podríamos afirmar que hay muchas razones para esta lenta adopción de Windows 11. Sin embargo, entre las mismas, algo que desanima a muchos usuarios potenciales, son ciertos cambios de diseño un tanto extraños que Microsoft decidió llevar a cabo. De ahí precisamente las quejas que con el paso de los meses ha recibido la Barra de tareas por defecto que se integra en este sistema operativo. Algo similar sucede con el menú contextual que aparece al hacer clic con el botón derecho del ratón en archivos y carpetas.
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