Facilitar la elección de un cable USB-C es algo que los fabricantes llevan años buscando y, ahora, parece que lo han conseguido gracias a un nuevo etiquetado.
Las plegarias han obtenido respuestas: ahora diferenciar los cables USB-C será mucho más fácil. Hasta el momento el USB-C se ha establecido como uno de los estándares más proliferantes y con mayor adaptación. Y, es que, casi todos los dispositivos cuentan con este estándar de conectividad para la carga y la transmisión de datos.
A nivel general el USB-C supuso una pequeña revolución: tener un cable para todo se convirtió en una realidad. Pero la realidad no tardó en convertirse en una pesadilla y, es que, no todos los cables USB-C son iguales y su principal problema es que, de puertas para fuera, sí que lo son, pero su interior es completamente diferente.
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